jueves, diciembre 30, 2010

Pukke. Palabras


-Palabras. Las palabras no tienen dueño, no se pueden atar y reclamar para si. Son de todos, y para todos. No puedes decir “esta palabra es mía, tu, buscate otra”.

Es lo que le solía decir el abuelo a Pukke, mientras pasaban las mañanas de otoño en la vieja biblioteca del anciano, repleta de antiquísimos y deshojados tomos de temática diversa.

-Incluso si inventas una palabra, tu deber es donarla al mundo, ya que, ¿para qué son, sino para ser utilizadas? Por mucho que las ames no puedes guardarlas bajo llave para que otros se valgan de ellas. Son creadas para ayudar, para comunicar ideas, necesidades e incluso sueños.
Ademas, las palabras no significan lo mismo para todos, ¿Sabes? Para unos pueden significar cosas muy distintas de lo que significan para otros. Muchos reyes y nobles de alta cuna han acabado cruzando espadas por desacuerdos de este tipo, sin ir mas lejos, el Conde de Altacolina murió batiéndose en duelo con el Barón de Bosquerrojo hacía ya treinta años largos.
Créeme, durante la historia hubo muchos personajes que, cegados por su ego y avaricia, pensaron que podían hacerlo, pero el poder de una sola palabra basta para destruir a cualquier hombre, no lo olvides.


Pukke, absorto, bebía cada palabra del anciano como si fuese un sediento nómada de los lejanos desiertos de Fukurhe, de quienes dicen los libros que se lavan todo el cuerpo con una sola gota de agua.
Escuchaba como si fuesen las últimas palabras que fuera a oír, embobado, fascinado.

A menudo solía inventarse sus propias palabras, jugando con prefijos, sufijos y demás, y alguna que otra vez había ido mas allá, formando palabras solo por la diversión que le suponía cómo sonaban.

Al abuelo le extrañaba que Pukke prefiriese jugar con el lenguaje en vez de salir a jugar con otros niños de su edad, aunque a menudo salia a explorar los alrededores del arroyo que bordeaba el pueblo. Siempre llevaba un libro bajo el brazo, y es que había aprendido a leer a la temprana edad de cinco, y ahora con ocho devoraba libros enteros en cuestión de semanas. Actualmente andaba esforzándose por aprender la lengua antigua, y así poder descubrir los secretos enterrados en los tomos más viejos de la biblioteca.

Aun así, su curiosidad sobre el mundo exterior le vencía, y solía juntarse con Sunna, la niña mas revoltosa del pueblo. Se dedicaban a navegar arroyo abajo a bordo de una pequeña chalupa que el padre de ésta le había fabricado, imaginando ser fieros piratas de los mares del sur o valientes exploradores en busca de tierras que documentar como Elhard y Pyorian, que cruzaron las junglas de Akartha en tres días y tres noches sin ser descubiertos por los salvajes nativos.

Una de las cosas que más les gustaba, era tumbarse en la pequeña embarcación, con las manos cruzadas bajo la cabeza. La luz de la tarde filtrándose a través de los pocos huecos que permitían las hojas de los árboles iluminaba sus sucios rostros tras las mil y una aventuras, mientras la corriente les arrastraba lentamente.

7 comentarios:

Patricia Corrales ( Nindë) dijo...

Que chulada de texto me ha inspirado! voy a hacer una ilu de ello ^^

shana rey dijo...

me encanta sergiotto
tuyo no?
quiero la historia entera please!!!

pasamela por mail sispiii

Tzen dijo...

es que... esto es toda la historia entera! XD no hay mas, al menos, escrito (por ahora) =)

ya sabes Shana que si no lo he escrito yo, lo anuncio ^_^

gracias!! =D

Ninde, a ver cuando puedo ver esa ilus ^^

Patricia Corrales ( Nindë) dijo...

jooooooo esta historia si que me ha gustado no es justo que no haya más, si la desarrollaras podria quedarte algo realmente bonito!

=)

shana rey dijo...

eso esooo queremos que continueeeeeeeee

Tzen dijo...

no me presioneeeiiiisss!!!! >_<

Patricia Corrales ( Nindë) dijo...

jajaja no es presión sergiotto, simplemente te comunicamos nuestro deseo de que sigas con la historia o habrá repercusiones....malas... xDDDD

>,<