domingo, febrero 19, 2012

No quedan estrellas sin nombrar

Incurable dolor de alma sin remedio conocido. Olvidada reliquia emergente de insondable abismo remoto. Atemporal sinergia de honor y honestidad apuñalada por el contexto. Decepción destilada a partir de nervio y esperanza. Euforia rota, engañada por sueños sesgados. Vida plena fracturada por la ponzoña de dos pares de palabras. Desengaño crudo que corrompe una mente ya quebrada. Ahogado alarido que no recordaba tanto desazón. Abandono de fe palpitante en pleno apogeo. Sursurros apagados en un mar de sombras... Miradas famélicas ante un latido del destino.

Dejadme en paz, azares infructuosos, corazonadas cuyo acento suena a desasosiego, y latigazos color ocaso. Trampas de la coincidencia, malsana manía de la oportunidad. No quiero vida cortada, cuya sincera voz se vea mermada. No deseo auto negociaciones ni condicionantes conformidades. Deseo ser libre de egos sumisos. De suertes deliberadamente impuestas. De pérfidas sonrisas enmascaradas.
Se acabo el perder en mi propio tablero. Mas frío que el silencio inesperado.